MEJORA LA NUTRICIÓN, COMBATE LA OBESIDAD
Desde varios años la obesidad ha dejado de ser solo un preocupación estética y asunto privado para convertirse en un problema de salud debido al incremento de padecimientos asociados con el exceso de peso, ya que la mala alimentación lleva a la acumulación de grasa corporal implicando el riesgo de salud en las personas variando los estilos de vida que llevan una mala nutricion y alto en grasas en la comida durante el día.
Las cifras reportadas por algunas organizaciones internacionales como la OMS ha alertado la creciente prevalencia de la obesidad en México y sus implicaciones de salud en millones de personas lo cual se desarrollan enfermedades como cardiovasculares, hipertensión, algún tipo de cáncer, depresión, desordenes músculo-esquelético, respiratorios, entre otros...
Por ello medir la circunferencia de la cintura es una manera sencilla para identificar a la persona que padece la obesidad y monitorear los riesgos de salud potenciales.
La medición mas utilizada para determinar el estado nutricional que se encuentra la persona es el Índice de Masa Corporal (IMC) que consta dividir el peso de la persona entre la talla (estatura) elevada al cuadrado.
Importancia de combatir la obesidad a traves de la alimentación.
La obesidad es una enfermedad crónica que debe ser tratada en forma integral,
considerando la intervención nutricional como una herramienta indispensable para
conseguir un balance energético negativo. Una dieta de bajas calorías debe
lograr objetivos importantes en el tratamiento de los pacientes obesos, como son
alcanzar un "peso ideal" y mantener este peso una vez alcanzado. Para lograr
ésto, además de un cambio de las conductas alimentarias, debe haber un cambio en
el estilo de vida. Alcanzar el peso ideal es difícil y en algunos casos
imposible, por lo que los objetivos deben ser adaptados al individuo, intentando
lograr una reducción de peso tal que reduzca los niveles de morbimortalidad.
Los riesgos de una mala alimentación pueden incluir excesos y defectos, y sus consecuencias van desde la desnutrición a la obesidad, pasando por la bulimia y la anorexia. La desnutrición se manifiesta fundamentalmente como resultado de grandes problemas estructurales de la sociedad, como son la pobreza, la marginalidad, la desocupación, la falta de educación, etc. La obesidad, en cambio, es una enfermedad que está estrechamente vinculada a problemas en los hábitos de consumo.
Entre los hábitos que conducen a la obesidad se destaca el consumo de grandes cantidades de la denominada "comida chatarra": muchas grasas y azúcares, hamburguesas, tocino con huevos, helados, gaseosas, papas fritas, etc. Si bien la obesidad se da con mucha frecuencia en los países desarrollados, entidades como la OPS (Organización Panamericana de la Salud) advierten del crecimiento en sociedades más carenciadas, como consecuencia de una dieta desbalanceada.
En esas circunstancias, las personas engordan por el consumo excesivo de harinas: pan, fideos, arroz, frijoles, según la región.
Entre los hábitos que conducen a la obesidad se destaca el consumo de grandes cantidades de la denominada "comida chatarra": muchas grasas y azúcares, hamburguesas, tocino con huevos, helados, gaseosas, papas fritas, etc. Si bien la obesidad se da con mucha frecuencia en los países desarrollados, entidades como la OPS (Organización Panamericana de la Salud) advierten del crecimiento en sociedades más carenciadas, como consecuencia de una dieta desbalanceada.
En esas circunstancias, las personas engordan por el consumo excesivo de harinas: pan, fideos, arroz, frijoles, según la región.
Otras alteraciones alimenticias, como la bulimia y la anorexia, se deben más bien a los mandatos sociales sobre el ideal de belleza, impuestos básicamente durante la adolescencia y la juventud.
Todas estas cuestiones deben ser enseñadas y aprendidas desde muy pequeños en el ámbito familiar y escolar. Es prioritario dar un lugar de importancia al momento de la comida, en el que además de una necesidad biológica se satisfagan la necesidad de encuentro con los afectos, de diálogo y de comunicación.
Cuando las condiciones de vida no permitan hacer un alto varias veces al día para sentarse en torno a una mesa y compartir el ritual de la comida, (desayuno, almuerzo, merienda o cena), es necesario respetarlas diariamente. De ese modo, el acto de comer transformará el mero acto mecánico de la ingesta en un momento en el que placer y salud se encuentren a través de la alimentación.
Transformar al comer en un momento de alegría, creatividad y placer no es difícil. Sólo es necesaria una férrea convicción, algo de buena información y el deseo de mejorar nuestra calidad de vida.
A la hora de planificar nuestra dieta, ya sea para prevenir la obesidad o realizar una dieta de adelgazamiento, debemos tener en cuenta el balance de energía. Se desarrollara este concepto para analizar la importancia que tiene ser conscientes de su importancia para tener una dieta adecuada a nuestras necesidades.
El balance de energía es la diferencia entre las calorías ingeridas en la dieta y las que el organismo consume para poder realizar sus funciones vitales, crecer y desarrollarse, y realizar actividad física, es decir, al equilibrio entre la energía que consumimos a través de los alimentos y la energía gastada durante el día.
Existen tres tipos de balances de energía:
- El balance positivo se caracteriza porque las calorías ingeridas son mayores a las consumidas. Como consecuencia tiene lugar una ganancia de peso que se acumula en los depósitos del tejido adiposo corporal. La falta de ejercicio físico o una mala alimentación produce un balance de energía crónicamente positivo, que se va acumulando,por cada 3500 caloría ingeridas en exceso se acumula 0.450 gramos grasa se almacenan en nuestro cuerpo.
- En el balance negativo, el cuerpo consume más calorías de las que ingiere, y por tanto se da una pérdida de peso.
- Por último, en el balance equilibrado, las calorías consumidas son las mismas que las ingeridas por lo que no hay pérdida ni ganancia de peso.
El yoga como una herramienta basica para combatir la obesidad
De todas las posibilidades existentes, sin duda alguna, el Yoga aporta la
ventaja de la disciplina y posturas y ejercicios casi rituales que se pueden
realizar con un peso corporal normal y formas armónicas o ligeramente de
delgadez.
La búsqueda del equilibrio debe ser la verdadera meta para aquella persona
que lo ha perdido comiendo de más, descansando mal, haciendo poco ejercicio,
fumando y bebiendo alcohol.
Todo lo mencionado es invaluable para mantener el peso y establecer cambios en la dieta porque el Yoga también tiene directivas para su alimentación.
Todo lo mencionado es invaluable para mantener el peso y establecer cambios en la dieta porque el Yoga también tiene directivas para su alimentación.
DESARROLLO:
El Yoga tiene un beneficio adicional, especialmente para las personas
excedidas de peso:
- Las asanas: se llama así a las posturas/ejercicios practicados en el Yoga.
- Los Pranayama: se focaliza en la respiración y requiere de una práctica perseverante en donde hay que sumar el madrugar, el beber mucha agua en ayunas y disponer de un espacio físico y de tiempo para concentrarse en una actividad semejante a un ritual.
Para las personas con
exceso de peso Pranayama es un medio efectivo que devuelve el equilibrio.
Respirar concentradamente en una postura, focalizarse. Repetir, buscar
equilibrio
Las posturas constituyen un estilo especial de ejercicio físico,
muy diferente de los tradicionales, como las actividades deportivas conocidas.
Se basa en la adopción de una postura corporal por vez, mientras se trabaja en
la relajación de todos los músculos que no intervengan para sostenerla.
A pesar de su apariencia de "quietud" y "falta de agitación", el yoga es una
actividad verdaderamente aeróbica. Se adiestra al principiante en una técnica de
respiración completa y profunda que, sostenida durante la práctica de las
posturas, logran una excelente oxigenación.
Las posturas son innumerables, pero con una serie de sólo una decena se puede
lograr gran provecho. El cambio del eje de gravedad de algunas de ellas
beneficia al sistema circulatorio, previniendo hipertensión arterial y
enfermedades cardiovasculares. Hay que tomar en cuenta de forma muy estricta la
capacidad de energía que cada alumno dispone en el momento de los ejercicios y
no forzar a molestias y menos al dolor. La práctica no solo requiere
conocimientos especializados de parte del profesor sino también de su sentido
común.
Al poco tiempo de trabajar con estas herramientas, acompañadas de
masajes y una correcta alimentación, el individuo mejora notablemente obteniendo
mayor confianza en sí mismo, un deseo intenso de volver a vivir acompañado de
seguridad y equilibrio en sus movimientos de pie y una mayor concentración y
facilidad para relajarse.
Las técnicas de relajación logran recuperar gran
parte de la elasticidad perdida por el paso del tiempo y una vida sedentaria
La práctica constante del yoga ejerce una influencia más que positiva en el
sobrepeso, ya que para empezar mejora la autoestima y la confianza, y tiene
efectos somáticos: favorece la eliminación de toxinas y líquidos, optimiza el
funcionamiento del sistema digestivo, aumenta la energía muscular. Además ayuda
a conciliar el sueño y en definitiva a obtener la paz interior deseada.
.
La única condición es realizar las posturas en un lugar tranquilo, lejos de ruidos molestos y disturbios
La única condición es realizar las posturas en un lugar tranquilo, lejos de ruidos molestos y disturbios
Muchas personas se han apoyado en la práctica del Hatha Yoga para lograr
cambios radicales, como dejar de fumar o de beber, ya que la práctica ayuda a
controlar la ansiedad, fuente de toda adicción psicológica.
Con la práctica
de ciertos ejercicios, y la regulación de la respiración; el proceso de yoga
purifica la sangre, los nervios y los diferentes órganos de nuestro cuerpo,
relajando así el cuerpo y la mente.
Sus técnicas mejoran los procesos funcionales orgánicos, integran los procesos cognitivos, desarrollan la presencia y calma mental y nos conectan con los aspectos inmanentes y trascendentes de la naturaleza humana.
Sus técnicas mejoran los procesos funcionales orgánicos, integran los procesos cognitivos, desarrollan la presencia y calma mental y nos conectan con los aspectos inmanentes y trascendentes de la naturaleza humana.
Al contrario de lo que a veces se
piensa la práctica del yoga no implica renunciar a nuestras tradiciones
religiosas ni culturales, ni tampoco es una actividad cuya finalidad sea
desinteresarse o aislarse del mundo.
El yoga se convierte en terapia cuando recurre a sus técnicas y métodos para
ayudar a las personas a liberarse de disturbios o conflictos tanto sea a nivel
orgánico como psicológico.
Las investigaciones recientes sobre la salud y
sanación de mente-cuerpo han confirmado mucho de los hallazgos de la ciencia del
Yoga y su campo de aplicación.
Esto ofrece un marco dentro del cual la eficacia del yoga puede ser
considerada desde una perspectiva occidental. En particular, todo lo que
concierne a la sanación de mente-cuerpo se ha ampliado notablemente y sus
resultados confirman que dicha integración (mente-cuerpo) posee una influencia
muy marcada sobre nuestra salud física. También de esto resulta que el
desequilibrio crónico (Ej.: el estrés crónico) puede causar enfermedades.
El yoga terapéutico utiliza las mismas técnicas del yoga y el trabajo físico
es un elemento clave de la práctica y esto lo diferencia de otras terapias de
mente-cuerpo.
En la mente existen formas de pensar habituales que generan estrés y
enfermedades, y el uso exclusivo de la mente para lidiar con ellas no es siempre
tan efectivo como si nos enfocáramos en la mente a través del cuerpo. Al
eliminar el estrés del cuerpo, la mente se abre y se aclara, lo que a su vez
permite la transformación de ciertas actitudes. Creando una relajación profunda
y el equilibrio de todos los sistemas del cuerpo, la yoga terapia ayuda a
aliviar no solo el estrés sino también a muchos trastornos derivados de él y las
enfermedades del sistema inmunológico tales como el reuma, la artritis, el
síndrome de fatiga crónica, el asma y las alergias, los problemas digestivos, la
obesidad y el dolor crónico entre alguno de ellos.